
Consisten en someter, a presión positiva o negativa, un tramo de una red de conductos (DALT, «Air Duct Leakage Test») o la envolvente exterior de un edificio (BEPT, «Pressure Envelope Building Leakage Test») para determinar su resistencia mecánica y su coeficiente de fuga.
En envolventes se complementa las pruebas de estanquidad con termografías.